HISTORIA DE LA ORDEN

El 10 de julio de 1391 una pequeña imagen de San Cristóbal de dos palmos de altura apareció enterrada bajo el suelo de una sinagoga Judía en la ciudad de Valencia, que rápidamente se convirtió en Iglesia de San Cristóbal. Este acontecimiento fue acompañado de voces y otros sucesos que fueron considerados como milagrosos.

El Rey Juan I de Aragón tomó bajo su protección y patronazgo a esta Iglesia y despachó una Real Cédula el 8 de noviembre de 1392, en la que instituyó un beneficio con el titulo de Arciprestazgo.

Unos años después de la aparición de la imagen de San Cristóbal, en 1399 surge una Cofradía dedicada al Santo por privilegio del Rey Martín I de Aragón  también llamado Martín I el Humano.

En tiempos del Patriarca San Juan de Ribera, Arzobispo y virrey de Valencia, la Cofradía seguía existiendo y tenía indulto pontificio, sin embargo, permaneció agregada a la de Ntra. Sra. del Milagro, situada en la valenciana calle del Trinquete de Caballeros.

El traslado de esta última al Palacio Real de Valencia, provocó que ambas Cofradías se desmembrasen, con la desaparición de la de San Cristóbal,  en los primeros años del siglo XVII.

Tiempo después, las religiosas del Real Monasterio consiguieron un Breve de S.S. el Papa Inocencio X para refundar la Cofradía, despachándose en Roma el 30 de Julio de 1646. No obstante por causas que son desconocidas, no se puso en ejecución este Breve, por lo que siendo Arzobispo de Valencia, D. Luis de los Cameros, se escribió a Roma solicitando se confirmase esta gracia, siendo concedido por S.S. el Papa Clemente X en el año 1673.

La fundación del Real Monasterio de San Cristóbal de Valencia data del año 1409. En ese año una comunidad de monjas canonesas de San Agustín, habitaba el Monasterio de Santa Bárbara de Alcira; pero ante el estado de ruina en el que se encontraba el edificio, deciden trasladarse a Valencia para ocupar un nuevo Convento, en lo que hoy son las calles de la Paz y del Mar y justo enfrente de la actual calle de San Cristóbal.
IMG_1401.JPGEsta nueva fundación se produce junto a la iglesia de San Cristóbal, que había sido sinagoga de la judería de la ciudad.

Poco a poco, la devoción de San Cristóbal se va extendiendo por todos los pueblos del reino de Valencia y Aragón, siendo incontables las ermitas, monasterios, iglesias y cofradías que van surgiendo al amparo de esta devoción en cada pueblo al amparo de los caballeros del lugar y con la asistencia de algunos gremios profesionales, como los carreteros, y descargadores, Pelaires (cardadores de lana), Llenyaters (vendedores y cargadores de leña) y otros muchos dependiendo de cada pueblo.

Ya entonces existía en las Ordenes el “Señor de San Cristófol” (Caballero de San Cristóbal), que era quien se encargaba de velar por los intereses de la cofradía, el culto y demás asuntos así como la custodia de la imagen del santo y sus pertenecías, velando armas y nombrando las guardias de vela en los distintos santuarios o iglesias en épocas de revueltas y bandidaje.

IMG_1457.JPGEn 1482, ya se tiene constancia del estado ruinoso de la Ermita y Convento de San Cristóbal, en los montes que rodean a Orihuela, en el Rincón de Bonanza, junto a un manantial, siendo recontruidos en 1483 a iniciativa del subdiácono Jaume Ferrer Cambal. Todavía hoy se conserva en dichos lugares la fuente de San Cristóbal, que aún sirve de depósito de agua que recoge de la lluvia en la sierra.

Nos consta en diversos archivos la existencia de dicho convento y ermita, pero hay documentos fehacientes, de la creación de la Cartuja en este convento y que en el 1641 pasan los frailes de la Cartuja al convento de San Ginés, en la Dehesa de Campoamor.

La Cartuja de Viaceli, fue la quinta cartuja establecida en el Reino de Valencia en 1640. Su fundación se debe al caballero oriolano Tomás Pedrós, quien en el 1639 donó todos sus bienes a la Cartuja de Portacoeli, con la condición de que ésta se hiciera cargo de la nueva fundación en Orihuela.

Esta tradición se mantiene y se va acrecentando por toda España, teniendo solamente el luctuoso intermedio de la Guerra Civil Española.

Tras el paréntesis producido por la Guerra Civil de 1936 al 1939, las Cofradías resurgen con fuerza en la ciudad de Valencia, y vuelven a extenderse por toda la región de Valencia resurgiendo las antiguas cofradías y hermandades.

Es entonces cuando la antigua Orden de Orihuela, vuelve a recobrar su esplendor, que había empezado a tener con la llegada del ferrocarril a la ciudad en el año 1809, dado que en esa época se empieza a exportar los frutos de la tierra por este medio, creciendo la cantidad de carreteros y conductores de vehículos, ya que antes  los carreteros solo podían exportar a través del puerto de Torrevieja y llevando las frutas, cítricos y hortalizas en carro hasta Madrid.

El paso de los años, y el envejecimiento de los miembros de la Orden de San Cristóbal de Orihuela, hizo que casi se perdiera una hermosa tradición, pero el impulso de un pequeño grupo de jóvenes y no tan jóvenes de toda la comarca, volvió a darle el esplendor que antaño tenia, recuperando las tradiciones, como la de realizar la romería con la imagen del santo por las carreteras de la comarca y la recuperación del Caballero de San Cristóbal.IMG_1459.JPG

Si bien no se han podido encontrar los antiguos documentos de la Orden del santo, pues en la época de la guerra civil, al ser la zona de Orihuela y su comarca zona republicana desde el principio hasta casi el final de la guerra, cuando empezó la quema de iglesias e imágenes religiosas, así como los fusilamientos de los sacerdotes y religiosos, el encargado del archivo de la hermandad, ocultó o destruyó los archivos  y como quiera que perdió la vida en la contienda fratricida, nunca se pudo recuperar los archivos documentales, si bien la tradición fue pasando de padres a hijos, hasta el día de hoy, en que tras el resurgimiento de la Orden en 1991, ha recuperado todo el esplendor que tenía en los siglos pasados.

El mismo año 1993, tanto la primitiva cofradía matriz de Valencia, como esta Orden de Orihuela, al entrar en ella jóvenes con amplitud de miras, abrieron la cofradía y la Orden a todos los gremios y particulares que quisieran pertenecer a ella, siendo a partir de ese año 1993 cuando la comisión de San Cristóbal de Orihuela se convierte en Comarcal y comienza un ascenso fulgurante multiplicándose por cientos sus miembros y ampliando los actos que se realizan cada año.

El 10 de julio de 1996 se recupera gracias a una disposición de Su Majestad el Rey la Honorifica Orden de Caballeros de San Cristóbal, con las antiguas categorías de Caballero de San Cristóbal, (antiguo señor de San Cristóbal) Gran Cruz, Encomienda y Medalla de la Orden. Siendo el primer Caballero Su Majestad El Rey D. Juan Carlos I y la 1ª Gran Cruz La Santísima Virgen del Pilar de Zaragoza.

Refundiendo sus estatutos en el año 2006 quedando recuperada definitivamente la Orden de San Cristóbal de la Vega Baja, y recuperando y actualizando los nombramientos honoríficos, y el primitivo escudo de la Orden, compuesto por la imagen del Santo, sobre un volante en color sable y éste sobre un campo de gules circular con ratafagados de oro, todo ello coronado con la corona Real, con orla semicircular en la mitad inferior sobre el rafagado con la inscripción:
Semper Serviens (sirviendo siempre).
También después de minuciosos estudios, se han recuperado de la forma más parecida posible, los colores de la primitiva cinta sobre la que se colocan las insignias y el escudo, manteniendo las 4 barras rojas del antiguo reino de Aragón y Valencia, y dos barras amarillas de doble ancho que las rojas, formando con ellas dos banderas de España paralelas de forma vertical, separadas ambas por una franja azul cielo, también éste color procedente de la Señera Valenciana y flanqueado el conjunto en los extremos  exteriores por una fina franja blanca, y que en la composición actual de la Orden, adquiere un simbolismo muy particular, pues bajo un mismo cielo azul, las dos banderas simbolizan a los miembros civiles y militares, que tienen la blanca y pura vocación de servicio a los demás.

IMG_1458.JPGPues definitivamente, el vinculo de unión de todos los miembros de esta entidad, es la hermosa vocación de servir siempre a los demás, como una forma de vida noble y altruista, además desde la profesión que cada uno elige, desde los diversos sectores de la sociedad, pero con un fin común, hacer mas agradable la vida del prójimo.

Ya en 1993, se incorporan a la Orden, los conductores de ambulancias, Policías, Guardias Civiles, Bomberos, Cruz Roja, Vigilantes Jurados, Médicos, Taxistas. Camioneros, y militares de los tres Ejércitos, Pescadores y viajeros de todo tipo.

En los últimos 18 años, la Orden fue creciendo, incorporando a los moteros, conductores de vehículos clásicos, Protección Civil, Servicios de Emergencias y todo tipo de profesionales que dedican su vida al servicio de los demás.

Una de las antiguas tradiciones recuperadas, es la de mantener vivo el recuerdo de cuantos perdieron la vida sirviendo a los demás, los que lo hicieron en accidentes de trafico, y los fallecidos en atentados y actos de servicio.

Por ello todos los meses se celebra una misa en sufragio de los difuntos que pertenecieron a la hermandad, y varias veces al año se realizan actos de homenaje a los caídos en acto de servicio y accidentes.

En el año 2011 la Orden recupera su antigua vocación de ser un nexo de unión en la Vega Baja del Segura que puede vertebrar a todos los profesionales bajo una advocación, la de San Cristóbal.

Al cruzar la simbólica frontera de las comunidades de Murcia y Valencia, consiguiendo que las gentes de una y otra parte, los profesionales de los servicios de emergencias de Valencia y Murcia, participen en un mismo acto que se celebra en dos comunidades diferentes, con la total normalidad con la que los vecinos de una misma calle conviven a diario, transmitiendo a la sociedad a la que sirven a diario, que cuando se trata de hacer el bien, de ayudar a los semejantes, no hay limites ni fronteras.

En estos días, profesionales de Murcia y Valencia, cruzarán varias veces la frontera territorial, para estar en una y otra parte con total naturalidad, compartiendo unas jornadas que ya son históricas y que con toda seguridad, ninguno de los que participen podrá olvidar jamas.

Santomera, Orihuela y Torrevieja, tienen desde ahora algo más en común, que les debe llenar de orgullo, el haber sido las primeras localidades en romper fronteras y acercar ciudadanos. Ese merito ya nadie se lo podrá arrebatar.IMG_1460.JPG

En estos años, la existencia de las Jornadas de Convivencia y Responsabilidad en el Trafico con las FAS. Se han venido realizando actividades con los niños de los diversos colegios de la comarca, cursos en el parque infantil de tráfico de Torrevieja, visitas a los diferentes cuarteles militares, de bomberos y policía, y sobre todo, acercando a dos generaciones a conocer los servicios de seguridad y emergencias, que en definitiva todos algún día necesitarán usar, por lo que les será más natural y menos traumático si desde niño, conocen sus funciones y su profesionalidad.

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